Todo ritual de la felicidad exige, en primer lugar, valentía. No podemos olvidar que el auténtico bienestar reside más allá de las fronteras del miedo, por tanto, solo quienes aúnen el suficiente coraje conseguirán alcanzar este estado. Algo que todos sabemos es que nadie nos ha educado para aprender a ser felices. Esto hace que, a menudo, cometamos algún que otro error.
Para ser felices no es necesario estar enamorados. Tampoco tenemos que ser ricos o atesorar muchos bienes. Las personas felices no lo son solo por ser hermosas o por vivir en una casa de ensueño. El bienestar, ese mágico equilibrio interior donde nada sobra y nada falta, está más allá de estas dimensiones donde muchos ponen sus metas pensando que es ahí donde se halla el secreto de la auténtica felicidad. Hoy en nuestro espacio queremos invitarte a reflexionar acerca de cuatro sencillos rituales que te pueden permitir alcanzarla. ¡Es más fácil de lo que piensas!
El primer ritual de la felicidad consiste en aprender a ser responsables de nosotros mismos cada día. Para lograrlo, debemos iniciar sencillas acciones cotidianas con las cuales dejar de depender de los demás para alcanzar ese preciado bienestar. Quienes nos rodean no tienen la obligación de “abastecernos” de todo aquello que a nosotros nos falta. Solo cuando nos mostramos ante el mundo como personas completas, sin miedos, sin vacíos o inseguridades alcanzaremos esa felicidad satisfactoria donde iniciar relaciones más plenas.
Ten en cuenta estas sencillas estrategias cotidianas que pueden servirte de ayuda.
Para ser feliz hay que tomar decisiones y para ello, recuerda… ¡Debes ser responsable de tu propia persona!
El ritual de la libertad para ser felices se practica de diversas formas: mentalizándonos y realizando a su vez pequeños ejercicios en el día a día.
Te enseñamos cómo.
Nadie puede desactivar sus miedos si no los identifica primero. Podríamos decir sin equivocarnos que todos acabamos normalizando muchos de nuestros temores.
¿Para qué voy a cambiar de trabajo? Sé que me tratan mal, pero siempre será mejor “lo malo conocido” que asumir un riesgo.
Este tipo de ideas y de actitudes limitantes son muy habituales entre la población. Son raíces que se adentran en nuestra personalidad y, poco a poco, vetan nuestra capacidad para ser felices de forma auténtica.
Para vencer tus miedos toma nota de esta estrategia, de este ritual sencillo e ilustrativo:
Reflexiona sobre ello e intenta ponerlo en práctica: iniciar el cambio.
El ritual del merecimiento tiene que ver con la autoestima. Lo creamos o no, son muchas las veces en que nos dejamos llevar por la deriva de esas ideas en las que, poco a poco, llegamos a creer que no merecemos ser felices.
Estos son los razonamientos más comunes que alimentan esta idea:
No es lo adecuado. Debemos alzarnos frente a estos pensamientos tan destructivos. Todos tenemos derecho a las segundas oportunidades, todos somos dignos de ser felices y, por tanto, merecemos aquello que nos propongamos.
Que nadie te convenza de lo contrario. Que nadie te diga aquello de “tú no puedes, tú no sabes o tú no mereces”. Haz oídos sordos a las palabras envenenadas y escucha solo la voz que de verdad importa: la de tu corazón.